Te sientes culpable cuando dices No? Atrévete a poner limites sin sentirte culpable y a decir No
No nos enseñan a poner limites, ni dentro del hogar, ni en la escuela, ni en ninguna parte, y poner limites es vital para nuestro amor propio, como dice el dicho “ a la gente hay que dejarla hacer lo que le de la gana” pero no con uno. Y si, no hay amor propio, no hay auto estima , no hay seguridad ni confianza en si mismo.
Pero porqué no ponemos limites?
Porque nos han inoculado la culpa, nos han programado con la creencia que si no complacemos (Sobre todo a nosotras las mujeres) , no estamos disponibles, no nos sacrificamos por los demás, y nos ponemos en primer lugar , somos unos egoístas “. La culpa es un conjunto de creencias y actitudes que hemos aprendido desde pequeños, la religión también ha contribuido a exacerbar y normalizar el sentimiento de culpa , haciéndonos creer que si experimentamos culpa estamos siendo “malos o pecadores”. Una infancia difícil, llena de abandono afectivo o de sobre protección impiden el desarrollo de limites emocionales sanos. Existen ocasiones que tenemos tanto inexperiencia en poner límites, que ni siquiera nos damos cuenta que alguien ha sobrepasado nuestros limites, ni siquiera nos da tiempo a decir que no . Como todo poner limites requiere entrenamiento.
Aceptamos hacer cosas , o callarnos opiniones en contra de nuestra voluntad “ para no contrariar” “ para evitar el conflicto” porque inconscientemente creemos que si decimos No, o cuando ponemos limites o decimos lo que pensamos de verdad, ofenderemos a la gente a nuestro alrededor y nos quedaremos solos , y esa palabra soledad nos provoca “terror”. Y paradójicamente no poniendo limites por aplazar el conflicto acabaremos creando un conflicto peor. Porque las personas te trataran como tu te tratas, y cuando no pones limites te estás tratando mal a ti mismo, así que de ese modo te trataran los demás.
Cuando somos bebés hasta los 18 meses, creemos que somos un todo con nuestra madre, una simbiosis total donde los limites no existen. Cuando el niño crece, se da cuenta que es un individuo separado de la madre, lo cual es bastante sano para su crecimiento emocional y psicológico
Con los limites se descubre la existencia del otro y se descubre la propia existencia, se distingue hasta donde va el otro y hasta donde voy yo. Tanto los limites físicos como emocionales generan autonomía y autorregulación y por ende el autoestima.
Que pasa cuando no ponemos limites?
Si no pongo limites, siento que me estoy dejando llevar por la vida, como una hoja al viento, lo cual genera una sensación de descontrol y por supuesto mucho estrés, el cual puede provocar malestar físico y psicológico. A largo plazo genera inseguridad, baja autoestima, dificultad para saber lo que quiero, dependencia emocional, desconcentración, comportamientos y comunicación agresiva.
Qué representa poner límites:
A nivel consciente: decir o hacer lo que se piensa en lo cotidiano, decidir mi propio camino, es decir coherente con lo que se piensa y se siente .
A nivel inconsciente: formarme como individuo, con mi propia individualidad, estructurarme psíquicamente.
En qué formas ponemos limites?
- Decir lo que piensas de manera educada, si no estas de acuerdo dilo, es un acto de autoestima
- Tomar las riendas de las situaciones, es decir tomar el control de nuestros actos y decisiones
- Decir de forma asertiva, es decir de manera educada tomando en cuenta el punto de vista del otro, pero poniéndote en mi primer lugar, en otras palabras decir NO, cuando no quiero algo, y decir Si, cuando si lo quiero
- Es decir “ Hasta aquí”. Si ya te dejaste llevar una vez, y permitiste que alguien te faltara el respeto. No pasa nada, perdónate a ti mismo, como todo esto es un proceso, estate atento a la próxima vez, como todo requiere entrenamiento, y en una segunda ocasión, pones el limite diciendo con tono firme y mirando a los ojos por ejemplo “ Ese asunto no te concierne” “ Soy yo quien decido” “ Esa es tu opinión no la mía” “ No tienes derecho a meterte en mis asuntos” “ No puedo” “ No me apetece” etc
- No dejarme llevar por lo que sugieren los demás sin tener en cuenta lo que quiero y lo que siento
Como ponemos limites en la familia?
Dentro de la familia, nos desarrollamos física y psicológicamente para salir a interactuar en la sociedad cuando seamos adultos. Normalmente la familia es un grupo de personas para apoyarnos y ayudarnos. Pero las relaciones familiares a veces no son como quisiéramos que sean. Para empezar hay varios tipos de familia en cuanto a limites se refiere. Existen las familias aglutinadas en la cual , los limites son difusos entre los miembros y entre los subsistemas parental y sistema fraternal (los hijos), lo que conducirá a una confusión de roles en los subsistemas, donde se da prioridad al grupo que al individuo. Este tipo se caracteriza en muchos aspectos por dinámicas invasivas, la privacidad del individuo es nula y donde el colectivo y los legados familiares empujan la lealtad y la convivencia en comunidad. Y existen las familias con limites demasiado rígidos, poco flexibles. La dinámica hace que los miembros entre sí interactúen con mucha distancia, tendiendo a priorizar la individualidad por encima del colectivo. Generalmente forma miembros desligados o aislados del grupo familiar.
Poner limites dentro de la familia
Poner limites dentro de la familia no es nada fácil, sobre todo cuando se trata de familias aglutinadas. Desde niños se nos inculca que debemos complacer a todo el mundo, ser amables y no desagradar a nadie. Esto nos lleva muchas veces a anteponer el bienestar de los demás por encima del nuestro; sobre todo por miedo al rechazo
Este miedo al rechazo se traslada a la vida en sociedad que nos hace sentir en la obligación de no desentonar. No molestar a nadie, no opinar más de la cuenta, no responder sin nos tratan mal en el trabajo, permitir malas actitudes de nuestra pareja, tolerar malos modales por parte de clientes en el trabajo ( la historia de si te dan una cachetada, poner la otra mejilla)
La última es el exceso de tolerancia que existe en muchas familias , sobre todo en las familias aglutinadas que vendría a ser como una casa sin puertas ni ventanas . Este exceso permite “abusos” e intrusiones en la vida personal y el espacio propio . Una madre, al igual que un hijo, no tiene la obligación de tolerar todo tipo de acciones, de ahí la importancia de poner limites .
Como poner limites en el trabajo
En el mundo laboral, las dinámicas empresariales, la precariedad del empleo, las oportunidades laborales no abundan y no se tiene el puesto asegurado, no es fácil poner limites pero contrariamente a lo que se piensa, ese es precisamente el momento en que más necesitamos aprender a poner límites. Decir “no” a veces es necesario para conseguir el éxito.
Porque no ponemos limites en el trabajo?
La seguridad. Todos buscamos la estabilidad y evolucionar profesionalmente, y pensamos que un “no” puede percibirse como desinterés o falta de esfuerzo, pero al decir no, estamos ganando respeto y estamos auto afirmándonos. El admitir todo, lleva a que te infravaloren. Al mostrarte demasiado complaciente y servil , se esta dando la impresión que no estas aportando ideas ni decisiones. Además que permitir que se irrespeten tus limites es el primer paso para que te conviertas potencialmente en una victima de acoso laboral o mobbing en el trabajo. Ya que si la organización en la que trabajas tiene un estilo de management / organizacional serás blanco fácil para que te tomen de chivo expiatorio
El deseo de colaborar o agradar Hasta el punto de hacer nuestros los problemas de los demás y querer ser la solución a todos ellos, aunque rara vez lo agradezcan. Puede elevar tu autoestima y sentirte imprescindible, y salvador pero el mérito se lo lleva el otro e incluso podría detestarte por haber tenido que acudir a ti para que le ayudes .
El miedo a destacar o al éxito. Destacar puede provocar envidias o conflictos que evitamos optando por la sumisión. Nadie se compadecerá por tus sacrificios, al contrario, esas personas te menospreciarán por tu falta de firmeza y decisión. Brillar y destacar es un derecho legitimo
Somos seres sociales, y necesitamos sentirnos queridos y aceptados o que pertenecemos a grupos. Por eso, en ocasiones y con el objetivo de satisfacer esta necesidad de aprobación por los demás, podemos tender a actuar o decir cosas que, lejos de ayudar a que los demás nos acepten, estamos dejando de lado quienes somos verdaderamente y nos comportamos en base a lo que creemos que se espera de nosotros”. De este modo solo nos estamos traicionando a nosotros mismos , siendo incongruentes con lo que de verdad pensamos, sentimos y queremos y esto solo hará que nuestro autoestima baje.
Aprende a decir no
Saber negarte a las exigencias injustas que no correspondan a tu puesto de trabajo, el chantaje y los abusos, afianza tu trabajo por tres motivos: primero, te hará ganar el respeto de los demás y de tus superiores. Segundo, es imprescindible para que organices tu tiempo y tu trabajo en tu beneficio, es decir que encuentres el equilibrio entre vida laboral y vida personal . Y tercero, crecerá tu autoestima con tus logros en vez de ser víctima de la frustración al tratar de complacer siempre y ganar la aceptación de los demás.
Pero como superamos el miedo al rechazo o a que nos tilden de ser egoístas?
Hay que recordar que la educación recibida de nuestros padres y su sistema de creencias, al igual que la sociedad en la que hemos crecido no tienen por qué ser las mejores, ni las dueñas de la verdad absoluta. Han sido patrones familiares que se han repetido de generación en generación para mantener la “ estabilidad familiar” pero al no cuestionarlos , estamos repitiendo patrones de comportamiento y de sistemas de creencias que en ocasiones nos ayudaran a enfrentar la vida satisfactoriamente pero en otras tantas limitaran considerablemente nuestra individualidad. Empezar a tener criterio suficiente y hacer uso de herramientas que nos permitan vivir tal y cómo y somos y ser felices; aprender a decir “NO” de manera asertiva es una manera de emanciparnos y volvernos adultos.
Conócete a ti mismo
Para poder establecer límites primero debes de saber dónde se hallan y eso pasa por conocerte a ti mismos. El autoconocimiento te lleva a saber cuáles son tus propias reglas. Para eso hay que poner atención a como nos sentimos y ponerte en primer lugar, no es egoísmo es amor propio.
Busca el momento adecuado
Conocer tus limites es solo el primer paso . Cada persona es diferente, piensa diferente y actúa diferente. Los límites no tienen por qué ser los mismos para ti y para tu padres, tu familia o tus amigos ; es más, seguramente no lo sean en la mayoría de las ocasiones. Si tienes que poner límites trata de hacerlo en el momento adecuado; busca un lugar neutro, donde puedas comunicarte bien y no influyan otras preocupaciones, intenta favorecer siempre un clima agradable y mostrarte con buenas intenciones. Es importante que tenga en cuenta tu estado emocional y el de la otra persona.
Si estas enojado/a busca otro momento para hablar con calma ya que es importante controlar tus palabras y demostrar buenos propósitos.
Lo mismo sucede con los demás, si la persona esta exaltada busca un momento en el que esté tranquila y receptiva. Intenta de que su reacción se salga de control ; aunque esto no depende directamente de nosotros es importante ser empáticos y comprensivos con los demás.
Sé valiente Aléjate de cualquier sentimiento de culpa. Muchas personas creen que poner ciertos límites forma parte de una actitud egoísta pero de lo único que setrata de mostrarte tal y como eres y definir tu espacio íntimo y personal. Es más se trata de una muestra de amor: amor hacia ti y hacia los demás, hacia la relación. De otro modo no sería justo, nadie tiene que mostrarse diferente a cómo es realmente., estas siendo coherente contigo mismo y ese esa es la base del autoestima. No necesitas la aprobacion bueno de nadie, tú eres quién valora tu propia vida y tu forma de entender el mundo. Los demás, si te quieren, deben de aceptarlo y respetar tus decisiones. Incluso poniendo limites las personas te valoraran mas porque tu mismo te estas dando valor.
No juzgues Ponemos límites por nosotros mismos, por nuestra forma de ser y entender las cosas. Poner límites significa hablar de nosotros, de cómo nos sentimos. No se trata de juzgar a los demás ni de atacarles. Recuerda que las personas no tienen que conocerte automáticamente, tu te das a conocer y les ensenas como tratarte. Incluso debemos de reconocer sus sentimientos, pero explicando que no estamos de acuerdo con ellos. Tenemos que explicar qué nos hace sentirnos incómodos de tal modo de que la otra persona evalúe por si misma su comportamiento hacia nosotros y lo rectifique. Ser asertivos es la clave, sin caer en la pasividad o en la agresividad: hacer valer y defender nuestros derechos, sin violar o alterar los derechos de los demás.
Elige el momento: Si sabes que tienes problemas para decir que no ,, nunca aceptes un favor al momento : es bueno tomarnos un tiempo para responder. Así podremos reflexionar y analizar los pros y contras de nuestra decisión. Por ejemplo: ‘me gustaría complacerte, mañana cuando mire la agenda te respondo’. Hay que entender las razones de la persona que nos pide un favor, para decir no de forma concisa, sin explicaciones y finalizar de forma agradable, por ejemplo: ‘Te agradezco que hayas pensado en mí”
Recurre a la técnica del sándwich: Esta técnica consiste en responder dando un mensaje que sea positivo para nuestro interlocutor, seguido de un mensaje que exprese nuestra negativa a cuanto nos ha expuesto, para terminar con otro mensaje positivo en el que propongamos alguna alternativa”. Ejemplo: Gracias por pensar en mí (positivo) pero no puedo ayudarte en esta ocasión (negativo), En otra ocasión que este mas disponible con mucho gusto podría ayudarte (positivo).
Expresar lo que realmente deseamos vital para el amor propio, y para interactuar con los demás . “Solo cuando somos coherentes con lo que sentimos, decimos y hacemos, conseguimos estar en paz tanto con nosotros mismos como con los demás. La dificultad se encuentra en que a veces tendemos a pensar que quienes nos rodean esperarían que fuéramos de forma diferente a como somos, que nos valorarían más si nos comportáramos de manera distinta. Y en ese afán por querer cumplir sus expectativas (las cuales probablemente sean creencias nuestras), entramos en una lucha interna con quienes somos realmente” buscando siempre satisfacer a todo el mundo menos a nosotros mismos. Hay una expresión que dice: “ Si quieres fracasar, intenta complacer a todo el mundo”.
Deja una respuesta